Rodrigo Silva Ramos; una entrevista que no olvidaré
"Hay una música que entra por los oídos y sale por los pies, que
es para bailar, y hay una que se queda en el corazón que es la música del
interior de la patria"
Rodrigo Silva Ramos.
Jamás pensé que el
primer texto oficial que publicara en este blog fuera basado en una lamentable
noticia para la cultura colombiana. Rodrigo Silva Ramos, compositor e
intérprete de la música andina colombiana, falleció a sus 77 años de edad en
Ibagué debido a un cáncer que llegó a él hace cerca de 20 años. Sin duda alguna
se marcha uno de los pocos exponentes de ese folclore que quedaba entre
nosotros, un maestro que donde quiera que hablara defendía este género musical
y reclamaba la difusión permanente del mismo.
Aún en mi corta
experiencia en la profesión gracias a Dios tuve el gran honor de realizarle una
entrevista radial al maestro Silva; fue un diálogo ameno, de recuerdos,
opiniones y de mucho aprendizaje. Sin duda permanecerá en mí esa vivencia y
espero que el audio también lo pueda conservar por mucho tiempo. Fueron varios
los mensajes que en esa oportunidad él compartió con todos los oyentes y
conmigo; habló de Garzón y Collazos, aclaró que el género musical sí gusta pero
que los medios de comunicación no lo difunden constantemente, opinó sobre
la paz de Colombia e hizo mención de ese cáncer que en días anteriores lo
llevó de este mundo. Incluso, recordó anécdotas con su compañero de lucha por
50 años en el dueto Silva y Villalba: el maestro Álvaro Villalba.
A continuación
presentaré la entrevista concedida por el maestro el día 29 de septiembre del
año 2016:
¿Cómo inició usted en
la música, maestro Silva?
Yo de la edad de nueve
años estudiaba interno en un colegio de Facatativá que se llamaba San Luis
Gonzaga, allí aprendí a tocar el acordeón vallenato, armamos un grupito y
allí los domingos veníamos a Radio Santa fe a tocar. Desde ahí me inicié,
ya después en la finca de un tío que había contratado a Garzón y Collazos tuve
la oportunidad de escucharlos por primera vez y me llamó mucha la atención esta
clase de música y de ahí mi afición por la música del interior de
Colombia.
Además, gran apasionado por las rancheras.
Mucho. Yo soy muy admirador de la música de Pedro Infante.
De hecho cantó ranchera alguna vez, ¿verdad?
Sí claro, yo grabé un homenaje a Pedro Infante con Eduardo Rizo, también con Berenice Chávez, la primera folclorista de Colombia, hicimos un disco para México que se llamaba 'Sin Fronteras' con el mariachi Vargas de Tecalitlán.
¿Cuál fue la historia del encuentro de Silva y Villalba?
Eso fue en unas fiestas de San Pedro en El Espinal, yo estaba con familiares y amigos en una heladería mirando pasar la cabalgata con la guitarrita cantando y tomándome unos traguitos. En una mesa más adentro estaba Álvaro Villalba con otros amigos de él cantando música llanera porque le gustaba mucho, entonces alguien propuso que hiciéramos una sola mesa y así lo hicimos. Villalba me contó que él había tenido un dueto de música colombiana en el que él era la guitarra y segunda voz. Yo le conté que yo había tenido también mi dueto con Henry Faccini, éramos Silva y Faccini, pero pues ambos duetos muy aficionadamente. Y ahí armamos el dueto y nos pusimos a cantar, dio la casualidad que nos gustaba la misma música y ahí empezamos.
Algo que empezó a dividir un poco el dueto fue el estado de salud tanto del maestro Villalba como de usted a quien se le detectó un cáncer hace muchos años.
Sí hace ya casi 20 años, inclusive ahorita estaba en Bogotá hace 5 días en unas intervenciones que le hacen a uno. Pero pues no es que haya desaparecido, ahí está, pero no ha hecho metástasis por ninguna parte.
¿En ese momento cuando se detectó el cáncer lo que decían los médicos es que si no fallecía quedaba mudo?
Sí, quedaba mudo y lo más probable era que no aguantara la operación pero bueno, el mejor de los médicos es el que está allá arriba y él es el que manda. Menos mal pues me dio tiempito de seguir cantando un rato.
En esta parte de las serenatas me imagino que los integrantes del dueto se vuelven cómplices en esto de romances y conquistas a muchachas con su don de cantantes.
Sí, claro. La diferencia es que las fans de nosotros antes iban solas al camerino, ahora las tienen que llevar. (Risas)
Hay una anécdota de una muchacha que cuando estaban ustedes en un escenario los miraba a los dos y como que coqueteaba a los dos.
(Risas) Una niña muy bonita y yo le hacía 'coquitos' pero ella estaba halando más como para el lado de Villalba, entonces cuando término la presentación Villalba la invitó al cóctel que había después y luego que la china se fue él me dijo que si lo acompañaba a darle una serenata a ella y que ya tenía la dirección. Y nos fuimos. Ya nos habíamos tomado unas copitas, estaba lloviznando, nos hicimos ahí bajo un techo para no mojarnos y cante y cante y la casa toda apagada y nada que nos abrían ni nos prendían luces ni nada. Entonces a mí me dio por sacar la cabeza así medio lloviznando, para el segundo piso miré y decía: 'Se arrienda esta casa' (Risas) Cantamos como 10 canciones en una casa vacía. (Risas)
Ya nos contaba usted maestro que viendo a Garzón y Collazos se inspiró usted y decidió encaminarse por este género musical. ¿Fueron importantes y trascendentales ellos como líderes y quizá ejemplo a seguir en esta música?
Obviamente. Garzón y Collazos son nada menos que los que abrieron la trocha para que los que viniéramos de atrás pudiéramos pasar un poco más cómodos y es lo que estamos haciendo nosotros también con las generaciones que vienen.
A lo largo de la historia cómo han recibido a la música colombiana todos los ciudadanos y a nivel internacional. ¿Es bien llegada o ahora casi no?
Mucha gente le echa la culpa a la juventud pero yo siempre he creído que no es la juventud porque la juventud no puede querer lo que no conoce, son los medios de comunicación, tanto hablados como escritos que la mandaron a dormir, la tienen en cuidados intensivos. Pero en los escenarios a donde vamos dentro o fuera del país, por ejemplo en Nueva York fueron 750 mil personas. Cuando nos presentamos en el Teatro Colón o en el Jorge Eliécer Gaitán o cualquiera de estos teatros, son dos o tres noches seguidas con llenos totales, lo que indica que la música está perfectamente en vigencia sino que los medios no se quieren ocupar de ella.
Maestro, una anécdota que recuerde del dueto Silva y Villalba de pronto en ese ajetreo de viajes a un lado y otro lado por ir a conciertos.
Una vez que viajamos a Bucaramanga y el avión de Aires se retrasó y teníamos que llegar derechito a cantar porque ya era de noche. Resulta que fuimos a reclamar el equipaje y nos dijeron que hasta el próximo lunes llegaba porque no había cabido, entonces imagínese, tiple, guitarra, bajo y maletas. Le tocó al organizador del evento ir donde un amigo de él que tenía un almacén de ropa y con otros músicos que tenían instrumentos para que nos los prestaran. Entonces yo le pedí muy gentilmente al público que nos regalaran una chiflada aunque la culpa no haya sido nuestra.
Usted que nació en época de violencia y a lo largo de su vida musical también ha tenido la lamentable oportunidad de estar en un país que se ha visto marcado por ella; Esto es lo que narra precisamente la canción de su autoría 'Viejo Tolima'. ¿Qué posición tendría en cuanto a estas nuevas soluciones y posibles alternativas de emprender un camino hacia la paz por parte de Colombia?
Solamente las personas que hemos sufrido directamente la violencia podemos entenderla como es. Yo sí estoy de acuerdo que se haga la paz de alguna manera.
¿Cuál sería el mensaje para las personas respecto a la valoración de esta música que hace parte tradicional y de la idiosincrasia de nuestro país?
Una vez un periodista me preguntaba, ¿qué es lo que le pasa a la música colombiana?, le dije: "No, a la música colombiana no le pasa nada, qué les pasa a ustedes con la música colombiana" porque le repito, los llenos donde quiera que estamos son completos. Yo nunca he dicho que el reggaeton desaparezca o el vallenato desaparezca sino que simplemente le den el lugar a la música colombiana. Que le den a la juventud al menos la opción de poder escoger qué les va a gustar o qué no.
Maestro, muchísimas gracias por aceptar este llamado.
Muchísimas gracias a ustedes y un saludo muy cordial. No olvidemos que somos colombianos. Hay una música que entra por los oídos y sale por los pies, que es para bailar, y hay una que se queda en el corazón que es la música del interior de la patria.
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Sin duda alguna, el mejor homenaje que se le puede brindar al maestro Rodrigo Silva será escuchar sus canciones y difundir por doquier la música andina colombiana, esa por la que alguna vez lucharon duetos como Garzón y Collazos, Los Tolimenses, Silva y Villaba y muchos más. De mi parte declaro que desde que a mi alcance esté, difundiré y hablaré muy bien de este género musical y no por obligación sino por convicción de que es de las pocas músicas que verdaderamente representan a Colombia y por tanto, naturalmente de parte de nosotros los hijos de este país debe haber un amor y un gusto por lo local para después explorar en otras culturas. Larga vida para estas bellas melodías.
Carlos Pardo Guevara
Comunicador Social - Periodista.
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