¿Somos adictos empedernidos a las nuevas tecnologías?

Nadie desconoce lo importantes que resultan estas nuevas tecnologías para generar comunicación, pero como bien dice un clásico comentario en nuestro país “todo en exceso es malo” y sin duda alguna, ésta no es la excepción. (…) Ya no disfrutan un momento nuevo por pensar en la fotografía para la cual han de posar simulando ser felices, con el fin de luego publicarla en cualquiera de las tres o más cuentas que tienen en redes sociales. 




“Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo sólo tendrá una generación de idiotas”, dijo alguna vez el físico Albert Einstein. Al parecer ese momento al que Einstein le tenía tanto miedo llegó, pues a diario se evidencian muchos ejemplos de personas que ya abandonaron sus entornos naturales y normales por estar postrados ante la nueva tecnología de sus teléfonos inteligentes y demás dispositivos móviles.

Es realmente un fenómeno que está afectando a la población mundial, ya se abandonan costumbres cotidianas por estar ahí en esa posición dorsal y encorvada cual ratón comiéndose un trozo de queso con las dos manos; de vez en cuando levantando la mirada hacia los lados como quien teme ser descubierto.

LEA: Adiós a mi abuelita y oyente preferida

Sherry Turkle, psicóloga estadounidense y experta en digitalización del Instituto de Tecnología de Massachusets, ha planteado diversos cuestionamientos al respecto en su libro ‘Reclaiming Conversation’. Algunas preguntas como, ¿por qué las personas prefieren ahora las conversaciones a través de dispositivos móviles que cara a cara?, ¿por qué los mensajes de texto y no hacer una llamada? o quizá algo más preocupante, ¿por qué las personas prefieren chatear cuando se encuentran justo al frente de una cena familiar?

Son inquietudes que generan una gran preocupación, pues es la evidencia de que en verdad cada vez es más común esa costumbre. Nadie desconoce lo importantes que resultan estas nuevas tecnologías para generar comunicación, pero como bien dice un clásico comentario en nuestro país “todo en exceso es malo” y sin duda alguna, ésta no es la excepción. Pues es que por este episodio están pasando desde niños, jóvenes y hasta adultos. Ya no disfrutan un momento nuevo por pensar en la fotografía para la cual han de posar simulando ser felices, con el fin de luego publicarla en cualquiera de las tres o más cuentas que tienen en redes sociales. El verdadero disfrute lo viven cuando sus muchos “amigos” o “seguidores” manifiestan un gusto por lo que ven. El gusto en abundancia de otros por lo mío o por lo que hago es la premisa que permite que cada vez yo quiera publicar más contenidos en mis redes sociales.

Al respecto de toda esta situación ya planteada y ejemplificada la psicóloga Turkle, manifiesta en diferentes espacios y entrevistas que: “Nos está silenciando la tecnología” y nada erróneo pudiese tener en su declaración.

Es así como también los medios de comunicación desde su criterio se han pronunciado al respecto. El Evening Standard de Londres, por ejemplo, interpretando el sentir de algunos ciudadanos expresa que: “Cada vez anhelamos lugares dónde escapar de la distracción de la tecnología”.

Resulta verdadero y necesario lo anterior pues a diferencia de quienes sobreviven como adictos a las conexiones tecnológicas, también hay alguna cierta parte del mundo que anhela si quiera un descanso de las mismas. Aunque les cueste un poco, hay quienes lo hacen y acuden momentáneamente a opciones como el ecoturismo en el que se pueden desconectar de los dispositivos móviles y conectarse con la naturaleza.

LEA: Mi reflexión sobre el futuro de Colombia

Las nuevas tecnologías desde su llegada a la sociedad han traído soluciones inmediatas a las falencias de comunicación e inmediatez que antes se tenían. El internet nos ha acercado demasiado; nos da comodidades que antes no se cumplían. Antes se caminaba a la biblioteca durante horas por un libro para hacer la tarea y después se invertía otro par de horas para encontrar lo que se buscaba, ahora sólo basta con ingresar a internet y en un buscador digitar lo que se necesita para que inmediatamente le genere distintas opciones de respuesta. Es valiosa esta generación tecnológica en la sociedad, seguro que le aportará demasiado e incluso le guiará con un rumbo de progreso, pero asimismo es de tener en cuenta que los momentos “a la antigua” también son vitales. Es oportuno rescatarlos y mantenerlos por siempre.

Para cerrar, vale hacerlo con una expresión a cargo del diario Evening Standard de Londres, pues aclara de una manera objetiva lo que se pretende cuando se insiste en controlar estas innovaciones. “No se trata de estar en contra de los progresos tecnológicos, sino que es un reconocimiento de que estar conectado permanentemente al internet no es bueno para nadie”, concluye el medio.





Carlos Pardo Guevara
Comunicador Social - Periodista.

Comentarios

Lo más leído:

Sumercé: homenaje a los campos colombianos

La tilde también es ortografía

Pertinacia excesiva